Definitivamente no, señora mía,
usted no es la mujer que conviene a su marido.
Carece de imaginación
utiliza el gastado lenguaje de las mujeres
de nuestros abuelos.
Alterna las visitas a los supermercados
con las telenovelas
y espera con la crema puesta
la cuota semanaria del amor.
Y, sobre todo,
usted no sería capaz de compartir a su marido
como lo hago yo
tranquilamente y resignadamente con usted.
Thelma Nava
Paisajes interiores
Biblioteca del ISSSTE
México, 2000. Pág. 88
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