Y al final siempre termino buscándote,
cuando el silencio y la oscuridad me atrapan,
tiendo la mirada para abrazarte
y los ojos los cierro al mundo.
Qué difícil instante,
reflejarse en tu sombra hueca,
escuchar tu voz,
que retumba en la ruina de mi ser.
Y que ofrecerte,
las brazas de mi amor,
el calor de mis manos,
el hambre de mi cuerpo.
Clemente Alvarado Franco
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