Sólo es eterno el fuego que nos mira vivir.
Sólo perdura la ceniza.
Funda y fecunda la transformación,
el incesante cambio que manda en todo.
Sólo el cambio no cambia
y su permanencia
es nuestra finitud.
Hay que aceptarla y asumirla: ser
del instante,
material dispuesto
a seguir en la rueda del hoy aquí
y mañana en ninguna parte.
José Emilio Pacheco
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