sábado, 11 de abril de 2009
La casa vacía
Voy a la casa donde no viviremos
a mirar los muros que no se levantarán
paseo las estancias
y abro las ventanas
para que entre el tiempo
de ayer envejecido.
¡Si vieras!
Entre las bugambilias
cansadamente juegan
los hijos que jamás tendremos.
Yo los miro. Ellos me miran.
Mi corazón humea.
Este es el sitio
donde mi corazón humea.
Y a esta hora,
en el balcón callada
yo sé que tú también te mueres
y piensas en mí hasta ensangrentarte.
Yo también pienso en ti.
Óyeme donde estés:
por esta herida no sale sólo sangre,
me salgo yo.
Manuel Scorza
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