Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte
jardinero de oro de la vida
jardinero de fuego de la muerte
en el germen fecundo de la vida.
Pico de cuervo con olor a rosas,
aguijón enmelado de delicias
tu lengua es. Tus manos misteriosas
son garras enguantadas de caricias.
Tus ojos son mis medias noches crueles
panales negros de malditas mieles
que se desangran en mi acerbidad.
Crisálida de un vuelo del futuro
es tu abrazo magnifico y oscuro,
torre embrujada de mi soledad.
Delmira Agustini
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