jueves, 23 de febrero de 2012

Sí, pero...



Esa era la segunda vez que platicaba con él en persona, luego de mandarnos mails durante dos años. Me invitó a ir a un lugar solos los dos y yo le iba a decir que por quién me tomaba, pero me dio pena que pensara que era una mocha y le dije que sí.

Toda la tarde se la pasó viendo el futbol y tomándose las cervezas que pensé eran para desvanecer los miedos y suavizar el trámite; yo le iba a reclamar que si para eso me había invitado, pero me dio pena que pensara que era una urgida y mejor esperé.

Lo malo de lo que siguió no fue que hubiera funeral en lugar de entierro, como luego dicen, sino que él se acabó la noche tratando de revivir a su muerto nombrando a Pamela Anderson en lugar de comenzar de cero; yo le iba a ayudar, pero lo vi muy entretenido con sus imágenes y mejor me hice la dormida mientras pensaba en Johnny Deep. Al fin las películas porno y los masajitos dieron su resultado y de pronto lo vi preparándose por tercera vez.

“Ahora sí” me dijo, como si esas fueran sus palabras mágicas. Yo le iba a decir que ni madres, que ahora yo era la que estaba más fría que nada, pero me dio lástima por todo el esfuerzo que había hecho y no me quedó más remedio que cooperar.

Hace dos días me lo encontré de nuevo y con gran emoción, no sé por qué, recordó la noche de nuestro “encuentro”, y me invitó a repetirlo. Yo le iba a decir que sí, para que no pensara que me había hecho sentir mal, pero me dio mucho coraje ver que ni siquiera sentía un poquito de arrepentimiento, y mejor lo mandé a la chingada.
.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Chihuahua en video