sábado, 15 de junio de 2013

Por si la luna





La luna me causaba miedo. A él le daba placer. Decía que cuando la luna brillaba me deseaba más. A mí, cuando se llenaba, me daban ganas de llorar. Casi como ahora…

Anoche también había luna. Quiso enredarse conmigo. Quería sexo, descubrirse el cuerpo y hasta el alma, según él. Algo ocurrió. Me tomó a la fuerza. Ni siquiera la vi. Sólo sentía mucho temor. Y lloraba.

Al final creo que él también lloró. Quedó tendido en la calle. Miraba a la luna. Y a mí el miedo se me quitó.





miércoles, 12 de junio de 2013

Reciclaje


A falta de mejores ideas y un cuaderno nuevo, también recurro al reciclaje. Rehúso las palabras de ayer que fueron para otro y hoy te las cuelgo a ti. No te preocupes, llevan el signo de no retornable. Así de útiles fueron. Igual servirán ahora. También puedes dividirlas si quieres. Algunas seguro te darán ánimo, otras sin duda irán al bote de lo inorgánico. Ponte listo y sepáralas bien. 


Tampoco son muchas, no creas que me gusta desperdiciar. Apenas las suficientes que el alcohol alcanzó anoche a sacar, porque ya estaban a punto de convertirse en un verdadero reguero de aes, emes, oes, eres y demás.

Puedes tenerlas, botarlas, recogerlas de nuevo si te nace, ni siquiera podrán magullarse. Lo que no puedes ni debes hacer, es rehusarlas tú. No se vale. Ya fueron de alguno, tal vez eras tú mismo, hoy fueron para ti quizá otra vez, pero el reciclaje no alcanza en botaderos ajenos. Aún no me da para la miscelánea. 

Si te place ponlas bajo la luna toda la noche, si no, mañana bótalas muy temprano. No pasará nada. Se irán de nuevo, sin lograr nada. Sin contestarse ni transformarse, pero sin molestarse ni perder un ápice el sentido del que ya mismo carecen. No te preocupes, entenderán si quieres leer algo peor.

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