domingo, 25 de enero de 2009

Vino con la lluvia


De noche llegó con un libro y una botella de vino, de la que ya se había tomado dos copas. "Para no sentir tantos nervios" había pensado mientras apuraba el trago, poco antes de la cita, poco antes de verla por primera vez. El abrazo largo, como aspirando la esencia del otro, les dio la seguridad que aunque no se habían visto antes, se conocían de toda la vida, o de por lo menos un tiempo atrás, cuando se encontraron sin querer y sin creer en un espacio virtual, maravillado uno, agradecida la otra. Sentarse juntos no lo habìan pensado, pero ahí estaban en esa noche de abril. 25 de abril, fecha mágica, pensó ella, un 25 de abril nevó en Chihuahua, un 25 de abril llueve aquí, qué cursi, pensó otra vez. Él, nervioso, no dejaba de mirarla y se dio cuenta que su mirada era la llave de la habitación, cuanto más la mirara en esa forma casi irrespetuosa, más de prisa y con más placer se abriría su puerta. Y entonces sucedió, del abrazo pasaron a la confidencia, a la cercanía, a las palabras en el oído, a descarar el deseo hasta en las letras del autográfo, en las miradas de los dos, en los dedos ansiosos que imaginaban rutas secretas. Subieron de la mano, apretados, conteniendo las ganas de besarse ahí mismo en el lobby, frente al gerente, el botones, quien estuviera. Eran las dos, pero para ellos era apenas el comienzo. La madrugada en Naucalpan se dejaba sentir con una ligera lluvia que los acompañó hasta el 402. Ahí se despojaron de la ropa y el miedo, los nervios y todo lo demás. Y fueron uno gracias al otro, oyendo la lluvia y sintiéndola por dentro, cerrando espacios para crecer en aras del otro, en recuerdo de las primeras palabras, en espera de las siguientes, en confianza de quienes todo lo esperan, pero no piden nada. Los cabellos de ella le arroparon el pecho y sus manos caminaron sedientas por todo su cuerpo, como lo había soñado tantas noches. Por fin estaban ahì, cerca, unidos, con el corazón a mil, y aprovechando cada minuto para conocer esa piel que sólo en sueños sabían, para grabarse cada uno la voz del otro pidiendo más, repitiendo su nombre en cada suspiro, en cada arañazo al cielo. La lluvia siguió toda la madrugada y los despertó abrazados, cada cual mojado en su propia felicidad, conscientes de que ahí empezaba una nueva historia para los dos.
.

miércoles, 21 de enero de 2009

Tercera llamada


Fue como si un día, por casualidad o porque sí, los personajes se amoldaron en una sola escena, sin guión ni cortes, sin llamados ni exclusivas. Nadie los invitó a la obra, llegaron solos, como llegan las aves a la playa desierta, como atraviesa la luz el cielo nublado. No hubo ensayos ni un director que les dijera si hacían bien o si no importaba; sólo se quedaron esperando la tercera llamada, luego del segundo vistazo, en el primer intento por lograr de esa noche la mejor actuación. No fueron sino protagonistas de una historia inaúdita donde sólo los seres similares y distintos se encuentran en medio de un mar de gente, entre la telaraña de una red que devora o libera sin explicación. No hubo premio sino la emoción de mirarse a los ojos tras la palabra escrita, pasar de temblar frente a un teclado a jugar nerviosamente con los dedos diciendo tanto. No es la historia interminable de un amor sin futuro, sino el comienzo cada vez, en cada nuevo libreto en el que cada uno se encontrará a sí mismo como un personaje distinto y lejano, pero cada vez más convencido de que un día volverán a encontrarse en la misma novela, por casualidad o porque sí.
.

Escribir y amar


Leyendo cada entrega que haces a tu blog personal, siento que tu personaje se acopla y se identifica con mi personaje, ambos hacen mención a un gran amor que tienen, pero del mismo modo ambos se entristecen por la ausencia de su amado. Porque todo lo que escribes me hace recordar a mi desdichado personaje, que vive de una noche de pasión inconclusa, de sus errores al posar su piel con la piel de ella. A veces por las noches él, mi personaje me reclama un futuro encuentro con su amor, que ponga el mundo de cabeza, que busque y ordene las mejores palabras para invocarla, para llamarla desde tierras lejanas, que busque la mejor metáfora para declararle su amor de él, hacia ella. Así es que ya no puedo conciliar el sueño, y esto lo escribo en secreto sin que mi personaje se entere, porque si se llega ha enterar, va querer saber todo acerca de tu personaje, su nombre, su edad, el color de sus bellos ojos, el olor de su piel, donde vive, en que lugar le gusta mas para hacer el amor. Como veras y pienso que te sucede a ti algo parecido, voy invocando la presencia de su amada en cada palabra, para que mi personaje no se vuelva loco y pueda solventar cada día sin verla a ella. No me queda más que contarle a él, a mi personaje, la existencia de tu personaje, el cual esta arropado con la inmensidad de tus palabras, y al final él quedara maravillado, como yo lo estoy de tu forma de escribir y de amar.
.
Clemente Alvarado Franco
.

martes, 13 de enero de 2009

...como una luna en el agua


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.


Julio Cortázar
Rayuela, capítulo 7.
.

lunes, 12 de enero de 2009

Temblaba el troc

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo, era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

Julio Cortázar
Rayuela, capítulo 68.
.

domingo, 11 de enero de 2009

...como vos y como yo...


"...Maga, vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se llama movimiento brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenando en seco y arrancando en el mismo instante en otra dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismos, una interminable figura sin sentido".



Julio Cortázar
Rayuela, cap. 34

.

miércoles, 7 de enero de 2009

Siempre pienso que soy yo

Siempre pienso que es para mí, que yo inspiro esas letras y los recuerdos; que es a mí a quien piensas en la oscuridad o ya al final del día. Qué egoísta. Qué ambición. Qué sentimiento leer y leer, y casi dejar escapar el corazón en cada palabra. Qué emocionante recordar o imaginar, soñar. Casi siempre pienso que soy yo en tus letras, que es a mí a quien piensas cuando escribes, que es a mí a quien tendrás un día en que no puedas más escribir.
.

Chihuahua en video