miércoles, 12 de septiembre de 2007

Si tú eres yo y yo soy tú


Cuando leo esto que escribo, pienso en tus ojos que lo leerán posteriormente un tanto inquietos, queriendo regresar el tiempo y llegar hasta aquí, para quitarme de esta silla, quitar mis manos del teclado que golpean paulatinamente, para arrancar mis ojos que voltean de vez en vez a la pantalla y tú observas cómo van naciendo las palabras torpemente.

Si tú eres yo y yo soy tú, cómo me gustaría que estuvieras aquí, y con tus manos fueras creando este cúmulo de sentimientos, cómo me encantaría que llegaras a tocar mi hombro y con un suave murmullo me hablaras, amor, déjame a mi. Yo saltaría de un sólo movimiento de la silla y te abrazaría fuertemente, cubriéndote con un extenso beso en tu boca.

Nos quedaríamos ahí parados varios minutos, dejando que el tiempo, que una vez nos doblegó, ahora se evaporase como la vida de una mariposa y nos dejara prendidos en la eternidad. Y lágrimas de nuestros ojos se mezclarían para deslizarse por nuestra piel hasta llegar a nuestros labios.

Si tú eres yo y yo soy tú, este discurso que intento elaborar sería como un río cristalino, por el que me atraparías fácilmente como un gran pez dorado en tus manos que son como redes, donde atrapas cada palabra que dan color y música a tus cuentos. Iría hasta tu encuentro y cuando el día te haya vapuleado terriblemente, estando ya dormitando, te leería tus historias que pescas en el río. Cuando leas esto podrás cambiar el camino de la historia ya que tú eres yo y yo soy tú.

Clemente Alvarado Franco
México D.F.,

Chihuahua en video