Por Zindy Rodríguez
Entre la narrativa breve y la minificción existe un umbral invisible. Este umbral lo cruza quien desde un estado exacerbado de conciencia se desdobla y multiplica para ser el poseedor de voces diversas, porque esa es la magia del relato: los sentidos se expanden y por ello somos lectores abiertos a la voz del escritor que será nuestros sentidos, nuestra voz en su conciencia. El escritor surge de una tierra ignota porque pertenece al mundo de la escritura, y desde ese mundo acepta su deber: ser creador de vida, instantánea, fortuita o eterna.
Entre la narrativa breve y la minificción existe un umbral invisible. Este umbral lo cruza quien desde un estado exacerbado de conciencia se desdobla y multiplica para ser el poseedor de voces diversas, porque esa es la magia del relato: los sentidos se expanden y por ello somos lectores abiertos a la voz del escritor que será nuestros sentidos, nuestra voz en su conciencia. El escritor surge de una tierra ignota porque pertenece al mundo de la escritura, y desde ese mundo acepta su deber: ser creador de vida, instantánea, fortuita o eterna.